
¿Por qué todo parrillero necesita un buen mandil?
Share
Una parrillada no es solo un almuerzo entre amigos. Es una ceremonia. Un momento de conexión, de compartir historias y sabores, donde el fuego y el humo acompañan las risas y las conversaciones. En medio de todo eso, hay alguien que lidera con firmeza: el parrillero. Y como todo buen maestro de la brasa, necesita una herramienta indispensable… el mandil.
Protección ante todo
El fuego, las brasas, la grasa que salta de repente. Un buen mandil no es solo un accesorio, es una barrera entre el parrillero y cualquier accidente. Por eso, el nuevo mandil de Mantoro está confeccionado en drill con mezcla de algodón, un material resistente que evita la propagación del fuego y resiste el calor sin perder comodidad.
Funcionalidad bien pensada
Quien está al mando de la parrilla necesita tener todo a la mano: pinzas, cerveza, celular... y no perder tiempo buscando. Por eso diseñamos compartimentos funcionales: un bolsillo en el pecho con pieza de cuero repujado para el celular, un porta cerveza en la parte inferior y dos straps para colgar las herramientas. Todo en su lugar, como debe ser.
El símbolo del rol
Usar un mandil no es solo práctico. Es también un acto simbólico. Es colocarse el rol de anfitrión, de quien alimenta y cuida. Es parte del ritual. Así como un chef tiene su chaqueta, el parrillero tiene su mandil.
Hecho con carácter
En Mantoro creemos que incluso los momentos informales merecen productos con diseño y propósito. Por eso combinamos cuero legítimo y herrajes metálicos con materiales duraderos, para crear un mandil que resista el paso del tiempo… y de muchas parrillas.